Nicol Orellana, tras hacerse representar por un abogado curicano, a los pocos días decidió cambiar su estrategia de defensa y recurrió a un equipo de conocidos abogados y ex fiscales, encabezados por Vinko Fodich, con el fin de mejorar sus posibilidades en el juicio penal por lesiones gravísimas en el que se encuentra en calidad de imputada por el accidente ocurrido el 8 de enero en Curicó. Esa noche, Orellana, atropelló al cabo segundo del Ejército Brayan Castillo, aprisionándolo contra el vehículo militar en que se trasladaba personal uniformado, que cumplía labores de fiscalización del toque de queda.

El caso ha generado polémica y revuelo en la región del Maule, tras la imputación de Luis Ahumada, conductor del vehículo militar, quien fue formalizado al igual que la autora del atropello, recayendo sobre ambos la misma medida cautelar: arraigo nacional. Posteriormente, la Corte de Apelaciones de Talca revocó la medida en lo que respecta a Ahumada ya que «no existen elementos de juicio suficientes para imponer alguna medida cautelar personal en contra del imputado» y a través del ministro Moisés Muñoz, señaló que apreciaba de parte de la fiscalía un sesgo discriminatorio en contra de las víctimas y en contra del ejército.

La nueva defensa de la imputada sostiene que «los uniformados incumplieron protocolos» y pide periciar las cámaras de seguridad del condominio frente al cual ocurrió el accidente. Según el abogado Vinko Fodich, dichas imágenes serían clave para establecer que los militares de la patrulla de fiscalización, habrían incumplido protocolos de seguridad, traspasando la responsabilidad de su representada a quienes desarrollaban tareas en pleno toque de queda.

Además, Fodich señaló que “encargamos un peritaje privado tendiente a establecer que nuestra defendida conducía atenta a las condiciones del tránsito, siendo la causa basal del accidente, la maniobra imprudente del vehículo militar, ya sea del conductor o del oficial a cargo de la patrulla”.

Por su parte, el abogado del cabo Brayan Castillo, quien perdió sus piernas como consecuencia del accidente, Nicolás Oxman, señaló a Atentos Chile su convicción de que «la única causa del accidente es el exceso de velocidad en el que iba la conductora (Nicol Orellana)… un exceso de velocidad tan brutal que ni siquiera pudo frenar, ni siquiera hay marcas de frenado en el pavimento. Se trata de una persona que no solo iba a exceso de velocidad, sino que además tiene numerosos antecedentes en su hoja de vida del conductor, donde consta que no se ha detenido en reiteradas oportunidades frente a la presencia de carabineros, antecedentes por conducción a exceso de velocidad, y una serie de antecedentes que dan cuenta de su peligrosidad».

Oxman es tajante en señalar que la versión de Nicol Orellana «no resulta ser creíble, porque hay otro antecedente que la fiscalía ha pasado por alto y nos parece sumamente extraño: la circunstancia de que esta persona afirma tener un permiso colectivo de trabajo, pero el permiso colectivo no es un salvoconducto», lo que «no la habilitaba para circular a la hora en que ocurrió el accidente».

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