Por Sebastian Arcos

El confinamiento ha obligado a las personas ha expandir sus necesidades de entretención dentro del hogar, las plataformas de streaming y las cadenas de delivery han sido, tal vez, las grandes ganadoras en este contexto. Aunque existe otro rubro que ha visto cómo sus ventas se han disparado, al punto de encontrarse casi sin stock.

Los Sex Shop viven una época dorada gracias a la venta de artículos eróticos, la demanda de juguetes sexuales ha sido abismal, aumentando en casi un 200% desde que inició el confinamiento. Hecho que no se da solamente en Santiago, pues a nivel de regiones ya se comienza a registrar escasez de productos.

Geraldine Acevedo, dueña de la cadena Starsex explica que «el incremento en el consumo de juguetes para adultos se reflejó en todas nuestras líneas de productos: desde  cosmética erótica (lubricantes, aceites de masaje, geles, etc.), pasando por lencería sensual, hasta dildos y vibradores. En esta ocasión la venta de estimuladores se disparó. Además, tenemos un juego para parejas, de creación propia llamado Pan de Vida Erótico, que también tuvo muy buena acogida por parte de nuestra clientela”. 

Acevedo, quien también abastece a otros locales a través de Sex Shop Mayorista, comenta como enfrentan este fenómeno «nos estamos abasteciendo con productos nacionales, que por cierto son de excelente calidad. También estamos importando desde países vecinos, a la espera de las importaciones de nuestros proveedores habituales, que están a punto de llegar. Hoy las personas pueden comprar a través de nuestras tiendas virtuales o visitarnos en nuestra sucursal en Providencia y Santiago Centro con todos los cuidados y protocolos exigidos por el Ministerio de Salud”. 

Un cambio a la hora de explorar la sexualidad

El aumento de demanda por juguetes sexuales no es una situación que se dé al azar, esto es parte de los cambios que ha generado covid -19 en el comportamiento humano. María Teresa Barbato, bióloga, doctora en complejidad social y especialista en moral y emparejamiento humano, explica que “en general, las crisis desencadenan transformaciones psicológicas en las personas que a la vez,  motivan cambios en el  consumo y distribución de recursos. Por ejemplo, el coronavirus ha hecho que las personas destinen los recursos que antes usaban para realizar actividades sociales, en otros ítems, siendo uno de ellos, el de su bienestar sexual”.

“Aún cuando existiera la posibilidad de que la frecuencia sexual de las personas ha disminuido debido al encierro, esto no quiere decir que el impulso sexual esté siguiendo la misma tendencia”, agrega Barbato.

“Como muchas personas no tienen la posibilidad de tener tacto con el otro, debido a la crisis sanitaria y el encierro, conseguir nuevas texturas desde nuestra casa como un juguete sexual nuevo, ayuda a calmar la ansiedad, entrega nuevas sensaciones y afecta nuestras prioridades de consumo. De hecho, estudios demuestran que, en tiempos difíciles, nuestro cerebro desactiva zonas visuales y activa zonas relacionadas con el sentido del tacto” cerró la bióloga.

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