Por Alonso Sepúlveda

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se comienza a quedar solo en su lucha por confirmar que las elecciones ante Joe Biden fueron fraudulentas. Varios personajes que lo apoyaban han denominado las denuncias de este como «peligrosas», pese a ello continúa teniendo el respaldo de otros.

El senador republicano por Pensilvania, Pat Toomey, afirmó a la televisora CBS que «el discurso del presidente me molestó mucho porque hizo acusaciones muy, muy serias sin ninguna evidencia que las sustente. No tengo conocimiento de ningún fraude importante».

Asimismo, a través de redes sociales distintos congresistas han pedido a las cadenas de televisión estadounidense, acabar con la «difusión de desinformación sin sustento».

«El presidente (…) está equivocado al decir que la elección fue amañada, corrompida y robada. Decirlo daña la causa de la libertad aquí y en todo el mundo, debilita las instituciones que sostienen los cimientos de la República, y temerariamente inflama destructivas y peligrosas pasiones”, manifestó el congresista Adam Kinzinger.

Sin embargo, no solo tiene detractores Trump, sus más acérrimos fanáticos salieron a defender al actual presidente.

Tal fue el caso del congresista Ted Cruz, quien manifestó que «puedo decirles que el presidente está enojado y yo estoy enojado, y los votantes deberían estar enojados».

Pero la mayoría de los funcionarios electos republicanos optaron por mantenerse al margen y no alinearse expresamente con Trump, pese a que seguirá siendo el presidente al menos hasta el 20 de enero y que podría mantener una influencia considerable en el partido incluso si pierde.

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