El Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile reveló que las ventas presenciales minoristas de la Región Metropolitana mostraron en septiembre solo una baja de 9,3% real anual, marcando mejores cifras que en agosto (20,8%) y dejando atrás las fuertes bajas del segundo trimestre, provocadas por el covid-19.

Según el índice que se elabora de manera mensual, se registró una baja acumulada real de 27,3% entre enero y septiembre de este año, ante lo que la gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva, señaló que se debe al levantamiento de las cuarentenas y la reapertura de locales en diferentes comunas.

Septiembre marcó un alza de 8,6% respecto a las ventas de agosto. Los resultados siguen mostrando una recuperación del sector de la mano del levantamiento de las cuarentenas y la posibilidad de poder volver a abrir sus puertas, junto al retiro de 10% que impulsó fuertemente el consumo, sobre todo de bienes durables”, aseguró Silva.

En términos de locales equivalentes, el indicador marcó una baja de 12,7% real anual en el noveno mes del año, acumulando a septiembre una caída real de 29,2%. A esto, se suma que durante el tercer trimestre del año las ventas presenciales de la región marcaron una baja de 24,7% real anual y en términos de locales equivalente un descenso de 27,7%.

Según el estudio, las ventas de vestuario y calzado marcaron las mayores bajas reales anuales, con un 18,6% y 49,6%, respectivamente, mientras que los artefactos eléctricos registraron un alza de 11,2%, sufriendo el primer aumento de cifras tras ocho meses de caídas

En tanto, la línea tradicional de supermercados en la Región Metropolitana presentó una baja de 6,3% anual en sus ventas presenciales de septiembre, acumulando una baja real de 4,6% entre enero y septiembre.

Respecto a las proyecciones, Silva anticipó que “se espera una lenta recuperación del sector, variables más bien transitorias han sido las que lo han impactado positivamente y para el último cuarto del año ayudará la menor base de comparación producto del estallido social del 2019, sobre todo en los meses de octubre y noviembre. Las familias están enfrentando una alta carga financiera de la mano de una reducción de sus ingresos, lo que afectará su comportamiento de compra futuro. Por eso la recuperación efectiva del consumo va a depender de la capacidad de recuperar empleos formales y de calidad”.

“El devenir económico de nuestro sector dependerá también de cómo evolucione la pandemia, que pase con la violencia, el orden público, la delincuencia y el control del comercio ilícito y la capacidad del sector de reconvertirse desde el punto de vista de su modelo de negocio hacia la digitalización con prontitud”, cerró la gerente de Estudios de la CNC.

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